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La creación de este blog se debe a mi interés por recuperar las raíces de mi pueblo: su historia natural y popular.

sábado, 27 de mayo de 2023

Aproximaciones históricas¹ y legendarias² a Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid”, en tierras de Villa de Ves y La Manchuela.

Aproximaciones históricas[1] y legendarias[2] a Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid”, en tierras de Villa de Ves y La Manchuela.

 


                                                                           “Et yendo en alcançe, alcanço

al rey Iunes, et feriol tres uezes,

mas el moro estaba muy armado et el caballo del

Representación del Cid portando el pendón con el nombre de Xemena (Jimena). En el s.XI aún no era frecuente el uso de estandartes con heráldica.
Representación del Cid portando el pendón
con el nombre de Xemena (su esposa Jimena). 

Ilustración: V. Jiménez Cruz para este Blog.


Çid sallio mas adelante, et quando el torno, el

cauallero yua luenne, et nol pudo alcançar, et

metiosse en vn castiello que auie nonbre

Xurquera; et fasta alli duro el alcance

Primera Crónica General de España, capítulo 925.

 

Fueron rompidos los moros marroquines,

y huyeron, siguiéndolos de alcance los valencianos

hasta un castillo que llamaban Jurquera[3]

Gaspar Escolano.

 



[1]Para las cuestiones biográficas, históricas y literarias se ha consultado y seguido las siguientes fuentes y textos:

                * Fletcher, Richard: El Cid, 4ªed. (2007) Ediciones Nerea.

                * Historia Roderici (Gesta Roderici Campidocti), traducción de Emma Falqué.

                * Carmen Campidoctoris, traducción de Serafín Bodelón.

                * Boix Jovaní, Alfonso: Las batallas de Morella y Cuarte; revista Desperta Ferro, nº40; Desperta Ferro             Ediciones SLNE (marzo-abril 2017).

        * Primera Crónica General de España, publicada por Ramón Menéndez Pidal. Bailly-Bailliere e Hijos, editores. Madrid 1906. Consultado en línea.

        * Cantar de mío Cid, Castalia ediciones, 2ªed (septiembre 1991). Colección Clásicos Castalia.

[2]Las aportaciones legendarias de este texto son hipótesis, añadiduras o fábulas, que (exceptuando estas últimas y que son las que atañen a las vivencias de Martín Muñoz y a la existencia o no de la espada Colada) admiten un soporte y fundamento histórico o geográfico; pudiendo ser pasajes o sucesos factibles. A sensu contrario, tampoco se puede afirmar, evidentemente, su realidad histórica incontrovertible o incuestionable.

[3]Décadas de la historia de la insigne y coronada ciudad y Reino de Valencia, Gaspar Escolano; Libro II, cap.XXIII. Terraza, Aliena y Compañía editores. Valencia 1878. Consultado en línea.


Hacia finales del año 1086 (o principios del 1087), El Cid (y tras victorias enjundiosas al servicio de Al-Mu’tamin de Zarargoza[4] en batallas como la de Almenar, en 1082, y la de Morella, en 1084) obtiene el perdón regio, otorgado por Alfonso VI de León.



[4]Rey de la Taifa de Zaragoza entre 1081 y 1085.


Alfonso VI de León perdonando a Rodrigo Díaz ( Cid Campidoctor). 
Ilustración: V. Jiménez Cruz para este blog.


Primavera de 1089, el Cid (Julio César o Alejandro Magno trastiempado) vadea el río Duero en las proximidades de Gormaz. Escucha su eterna canción de esmalte líquido: aquel idéntico verso escrito con tinta de distinta agua. En su itinerario hacia Murviedro habita la ciudad de Calamocha, donde, reunido con Abu Marwan ibn Razin[5], convierte a la taifa de Albarracín en tributaria del rey Alfonso. 

[5]Rigió la taifa de Albarracín entre 1045 y 1103.


Semanas después resuelve cruzar la sierra de Albarracín hasta la zona limítrofe de la actual Sagunto. Valencia estaba regida por al-Qadir[6] y cercada por el Conde de Barcelona, Berenguer[7]. Rodrigo ahuyenta al Conde, desbarata sus intenciones de soberanía y consigue de al-Qadir los tributos pactados. Establecido y afirmado este nuevo orden político y con la pretensión de observar, fiscalizar y mantener la estabilidad del principado de al-Qadir, el Cid decide apostarse en Requena.






Tropas de Berenguer Ramón II, Conde de Barcelona, asediando la ciudad de Balansiya (Capital de la taifa de Valencia)
Ilustración: V. Jiménez Cruz para este blog.


[6]Rey taifa de Toledo entre 1075 y 1085. A partir de 1086 sería rey de la taifa de Valencia con el apoyo de Alfonso VI.           

[7]Berenguer Ramón II, El Fraticida, Conde de Barcelona en el período comprendido entre 1076 y 1097.


Por aquellos días ya el rey Yusuf[8] había retornado a la península y sitió la fortaleza cristiana de Aledo[9]. Ante aquel ataque, el rey Alfonso VI (llamado “El bravo”) determinó formar un numeroso ejército ante la amenaza almorávide sobrevenida. Alfonso insta a Rodrigo a formar parte de su empresa y para ello lo cita en Villena.

Sitio de Aledo por parte de las tropas almorávides del Rey Yusuf.
Ilustración: V.Jiménez Cruz para este blog.






[8]  Yusuf Ibn Tashfin (Marruecos, hacia 1009 - Marrakech, 1106) Emir de Marruecos, fundador y primer emir de la dinastía bereber almorávide (1061-1106) y conocido por sus invasiones constantes sobre tierra peninsular.             

[9]Municipio de la Región de Murcia, ubicado a las faldas de la sierra de Espuña y lindante con Lorca y Totana.

Levanta el campamento el Cid y se encamina hacia el sur con su milicia y su impedimenta. Entre sus hombres figuran Martín Antolínez, Álvar Fáñez y Martín Muñoz[10]. Toda la hueste se mantiene unida y sortean el río Cabriel por Cofrentes. Una vez allí, el Cid (ante su disposición de tiempo, debido a que el Rey Alfonso aún se encontraba en Toledo) decide enviar a parte de sus hombres a una expedición en misión de reconocimiento de las tierras al oeste de Cofrentes. Entre estos últimos hombres se encuentra Martín Muñoz, quien explora los terrenos y pueblos cercanos, ribereños del río Júcar. Concretamente indaga sobre las celebérrimas fortificaciones de Jorquera, Alcalá del Júcar y Villa de Ves. 

Martín Muñoz explorando las defensas del castillo de Ves ( Actual Villa de Ves)
Ilustración: V.Jiménez Cruz para este blog.


En esta última población reconoce el escarpado terreno y encuentra vía (aunque abrupta y violenta) para franquear el río. Durante estas indagaciones expedicionarias Martín Muñoz conoce accidentalmente a la mora Ghazela, de  la cual se enamora fulmíneamente, prometiéndole volver tan pronto como las circunstancias le sean favorables.   

Ghazela en su aposento del castillo de Ves.
Ilustración: V.Jiménez Cruz para este blog.


Tras este rastreo de las tierras de Villa de Ves, inspecciona Alcalá del Júcar y Jorquera, ambas con imponentes murallas, distinguidas fortificaciones e ilustres castillos. Traspasa Martín Muñoz el Júcar por Jorquera y de allí va a reunirse con el Cid en Onteniente.




[10]Señor de Montemayor y Conde de Coimbra. Aporta temporalmente sus funciones en las filas del de Vivar. Como ya se advirtió, su presencia en este texto (al margen de su realidad histórica, al igual que ocurre con Álvar Fáñez y Martín Antolínez en este escueta presencia y mención) responde a una finalidad fabulosa.



Por una sucesión de infortunios y aparentes malentendidos, el rey Alfonso VI y el Cid no llegan a reunirse en Villena; aunque Yusuf (enterado de la venida del rey Alfonso para socorrer a Aledo y tras cuatro meses de asedio) y su ejército abandonan la fortaleza y no es necesaria más acción bélica. El rey, airado con Rodrigo, le desposee de sus privilegios, derechos y heredades: una suerte de segundo destierro.

Alfonso VI, airado con Rodrigo, le desposee de sus privilegios, derechos y heredades.
Ilustración: V.Jiménez Cruz para este blog.





Era ya cercano el año 1090. Triste y melancólico, Rodrigo se instala en Elche. Desde allí comenzará a asolar y depredar la taifa de Denia (Polop, Ondara, etc.) a la que sometió a pagos para el sostenimiento y mantenimiento de la paz en aquellas demarcaciones. Continúa su campaña hacia tierras de Valencia, donde el atemorizado gobernador al-Qadir compró la paz al Cid para evitar mayores contiendas, derramamientos o saqueos.

Al Qadir, rey de la taifa de Valencia, negocia con el Cid el pago de impuestos (parias) a cambio de recibir protección y paz por parte de los cristianos.
Ilustración: V.Jiménez Cruz para este blog. Modificada del original obtenido en:
https://rbme.patrimonionacional.es/s/rbme/item/13125#?c=&m=&s=&cv=137&xywh=-2079%2C-1%2C6653%2C3744



Así, llegó el Cid a posicionarse en Burriana. Ante aquella disposición estratégica, Al-Mundir[11] y Berenguer (Conde de Barcelona) vieron amenazados sus territorios y protectorados por el Campeador. Al-Musta'in II de Zaragoza previno al Cid de una inminente ofensiva contra su destacamento. Las tropas cidianas (inferiores en número) se refugiaron en Herbés[12]. Tras una ácida y mordaz polémica epistolar entre los adalides de ambas facciones, se desató la batalla del pinar de Tévar, donde se impusieron (alentados, según cuenta la leyenda, por la fe en la ornitomancia del burgalés de pro) las tropas de don Rodrigo. Asolaron el campamento catalán. Incluso hicieron preso al Conde Berenguer, a quien incautaron la fabulosa espada Colada[13].

Rodrigo Díaz de Vivar practicaba la ornitomancia: Adivinación del futuro por medio de la observación de las aves; su canto y su vuelo.
Ilustración de V. Jiménez Cruz para este blog.


Soldado del Cid muestra la fabulosa espada "Colada" capturada como botín de guerra.
Ilustración de V.Jiménez Cruz para este blog.



Rodrigo, herido en la batalla tras caer del caballo, regaló este acero a Martín Muñoz, quien socorrió al Cid en este trance y salvó la vida del mismo cuando éste decayó de su montura.



Martín Muñoz atiende al Cid que yace magullado tras caer de su caballo.
Ilustración de V.Jiménez Cruz para este blog.



__________________________

[11]Rey taifa de Lérida entre los años 1082 y 1090.

[12]Tierras aledañas a Morella.

[13]La presencia fantástica de la Colada aparece también en el Cantar de Mío Cid (vv. 1008-1011) tras la Batalla del pinar de Tévar.

 

Tras el suculento botín obtenido en este último enfrentamiento, el Cid acudió a tierras zaragozanas, donde acordó paz con Berenguer Ramón II. Antes de retornar a tierras valencianas, restañó sus heridas y descansó en Daroca. Reconstituida la salud de Rodrigo (que, al parecer, rozó tintes de verdadera gravedad), a finales del año 1090 conduce su paso hacia el mediterráneo. Holló el suelo de Burriana y Cebolla[14], a la par que al-Qadir satisfacía los tributos pactados.



[14]Actualmente El Puig de Santa María (Valencia).


Poco tiempo más tarde las huestes del Cid iniciaron el cerco y asedio de Liria. La operación quedó inconclusa ya que el rey Alfonso VI solicita  auxilio al de Vivar para hacer frente a la tercera invasión almorávide de Yusuf. 




Situación de la península ibérica en el año 1080, en vísperas de las campañas de Yusuf Ibn Tasufin.
Estas concluyeron con la eliminación de las taifas y la incorporación de sus territorios al imperio almorávide.

Creditos Mapa: https://www.wikiwand.com/es/Almorávides




Máxima expansión del imperio almorávide durante el reino de Alí ibn Yusuf, inicio del s.XII
Creditos Mapa: https://www.wikiwand.com/es/Almorávides





Yúsuf ibn Tašufín, 

fundador del Imperio almorávide y primer emir almorávide de al-Andalus.

Ilustración de V.Jiménez Cruz para este blog.

Las tropas cidianas resuelven abandonar las tierras edetanas con inmediatez y principiar un éxodo meridional. Partieron las mesnadas dirección a Granada al encuentro del rey Alfonso (entre las cuales se encontraba Martín Muñoz). Marchó este último a la vanguardia para facilitar la travesía del ejército hasta Granada, conocedor como era de las tierras bañadas por el Cabriel y el Júcar. Así, Martín espoleó su montura y cabalgó velocísimo desde Liria. Condujo su galope por Buñol y Requena. Decidió franquear el Cabriel por Fuente Podrida[15], llegando desde allí hasta Alborea. Una vez allí sintió la fuerte tentación de visitar a Ghazela en las proximidades de Ves. Resistió el impulso: Alfonso estaba camino de Granada, y el Cid y sus hombres (a la retaguardia) esperaban sus indicaciones relativas al mejor itinerario hasta la antigua Elvira[16]. Descendió, pues, hacia el sur, tratando de examinar el paso del Júcar por Jorquera. Llegado a Abengibre pudo comprobar cómo el área del castillo de Jorquera y sus poblaciones lindantes al noroeste estaban fuertemente defendidas por destacamentos musulmanes. La situación favorecía su deseo de sortear el Júcar por Ves. Martín mandó un heraldo (Mercurio alado medieval) al Cid, que aguardaría en Alborea para reiniciar desde allí una mejor ruta. El grueso del ejército del Cid cruzaba ya por entonces Fuente Podrida.

Ejército del Cid cruzando el río Cabriel a su paso por Fuente Podrida ( actual Villatoya) cerca de los dominios de Ves. 
Ilustración de V. Jiménez Cruz para este blog.


Reunidos, entonces, en Alborea la facción de Martín Muñoz y el resto de soldados del Cid, aquel vuelve a la vanguardia y escruta el camino que, traspasando Zulema, sortea el Júcar por Ves. Aprovechándose de ser avanzadilla, Martín Muñoz llega a Ves, donde consigue citarse con Ghazela (sus ojos fulgen como la novísima Colada).


Martín Muñoz y Gazhela se reencuentran en la población de Ves.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.


El Cid rebasa el río por el paso dificultoso y agreste de Ves, y guiados por el conocimiento de Martín encuentran normalidad desde Al-Basit[17] hasta adentrarse en la taifa de Granada.




[15]Actualmente tierras adyacentes a la población de Villatoya, perteneciente a la provincia de Albacete y fronteriza con la provincia de Valencia.

[16]Granada.

[17]Albacete.


Alfonso y el Cid se reúnen en Martos[18]. Con sus fuerzas ya aliadas se disponen a instalarse en las cercanías de Granada. Rodrigo determina posicionar sus tropas en una situación preeminente y relega a las del rey a un emplazamiento secundario. Esta actitud vuelve a granjearle un aluvión de críticas a Rodrigo. En cualquier caso, y ante el decorado que atisbaba, Yusuf decide no presentar batalla y la legión alfoncidina abandona Granada, pernochando en Úbeda. El Cid ha entreabierto las antiguas heridas en el rey al pecar de soberbia (según el criterio real) en la impertinente disposición de sus tropas antes de la contienda frustrada en Granada. Rodrigo intenta persuadir al rey en sus pensamientos y trata de probar que su comportamiento atendía a criterios proteccionistas para con el soberano leonés. La herida soberana sangra y supura: Alfonso se dispone a un nuevo desligamiento del Cid.



[18]Población perteneciente a Jaén, al igual que Úbeda.


Tras este suceso el rey Alfonso decide volver a Toledo, mientras que Rodrigo parte a Morella por la ruta mediterránea. Soldados del Cid desertan de su ejército en favor del de Alfonso. Martín Muñoz permanecerá como adalid de Rodrigo. Como única condición para continuar en su escuadra, Martín solicita volver a Morella por la ruta interior, so pretexto de nuevas misiones de reconocimiento del terrerno y del estado social de los territorios. En el magín de Martín -por supuesto- sobrevolaba algún encuentro furtivo con Ghazela.


Martín Muñoz, fiel a su Cid, es reconocido como adalid de su ejército.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

Navidades de 1091 en Morella. Poco después, a inicios de 1092, el Cid renueva sus alianzas con Al-Musta'in II de Zaragoza al tiempo que Alfonso inicia un acercamiento a Valencia: pretende marchar hacia el este para demostrar a Rodrigo y a los soberanos musulmanes quién era el verdadero señor de aquellas tierras tributarias. Ya era entrado el año 1092 y el Cid decide responder a la actitud de Alfonso en Valencia. Así asoló, devastó e incendió territorios riojanos detentados por el Conde García Ordoñez[19] (hombre del rey que había promovido la inquina y la murmuración contra el Cid en la corte de Alfonso), territorios que, a su vez, estaban bajo gobierno del rey leonés.



[19]Noble castellano emparentado con el rey Alfonso VI. Fue Conde de Nájera desde 1081 hasta su muerte en la batalla de Uclés en 1108

El Cid devastó e incendió territorios riojanos del Conde García Ordóñez, quien promovió la inquina contra él en la corte del rey Alfonso VI.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.


Ante aquel panorama provocador, nada halagüeño y tensado al extremo por el Cid, el rey abandona suelo mediterráneo, alarmado por la situación crítica en sus dominios. Mientras, el Cid, una vez expoliado el condado de García Ordoñez, se establece y refugia en Zaragoza al abrigo, soporte y apoyo de su aliado Al-Musta'in II hasta que las noticias que llegan desde territorios más orientales son inquietantes: por una parte, el levantamiento en Valencia contra al-Qadir y, por otra parte, el avance de las tropas almorávides por el sudeste hasta Alzira.
Al alzamiento en Valencia contra al-Qadir le sucede su deposición y su muerte, así como el posterior nombramiento del cadí Ibn Yahhaf como rey de la taifa de Valencia. Ante este panorama, el Cid acude presto hacia Valencia para consolidar una posición dominante. 

Con celeridad toma El Puig y desde allí inicia los preparativos para el cerco de Valencia, iniciado en julio de 1093. La campaña consiste, en sus líneas fundamentales, en desabastecer la ciudad más que en asediarla militarmente. Poco a poco (y ante el ausente auxilio del ejército almorávide, afanado en conflictos más occidentales) la ciudad va cediendo ante la presión del prolongado embargo y acabará por capitular. Mediado el mes de junio de 1094 el Cid se proclama Príncipe de Valencia. A su lado Martín Muñoz luce con orgullo su Colada.

Martín Muñoz blande con destreza su espada "Colada" durante el cerco a la ciudad de Balansiya ( Valencia) para derrotar al usurpador Ibn Yahhaf.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.


Un prometeico Rodrigo metamorfoseaba a Ibn Yahhaf en ardiente mito de eterna cañaheja inflamada[20].


[20]Según diversas fuentes, la condena que padeció Ibn Yahhaf tras asesinar a Al-Qadir consistió en ser quemado en vida. Otras referencias apuntan a que pude ser lapidado, como se relata en la Primera Crónica General de España, capítulo 920 in fine.


El cadí Ibn Yahhaf pide clemencia al Cid tras la rendición de la ciudad.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

Pocos meses duraría la tranquilidad. Tras la conquista de Badajoz, Yusuf retomó sus aspiraciones en el oriente peninsular y reunió un ingente ejército contra la Valencia del Cid. Al frente del mismo dispuso Yusuf a su sobrino Abu Muhammad ibn Ibrahim ibn Tasufin, quien (ya en las proximidades de la ciudad) asentó su campamento en las afueras de Valencia.


Abu Muhammad ibn Ibrahim ibn Tasufin, sobrino de Yusuf, al frente del ejercito almorávide que pretendía tomar la ciudad de Valencia.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

Corría el mes de septiembre de 1094; los musulmanes celebraban el Ramadán, pero pronto empezarían las hostilidades que darían pie a la clarísima batalla de Cuarte. 
Los almorávides circundaban las afueras y proferían continuos y amedrentadores alaridos que resonaban estruendosos, remedo feudal de las trompetas aniquiladoras de Jericó. Lejos de amilanarse, el Cid planteó una estrategia que marcaría el decurso de la confrontación. Partiendo con su ejército serpentino desde la septentrional puerta de la Culebra, Rodrigo planteó una primera carga frontal contra la primera línea sarracena. Esta acometida inicial vino acompañada por una retirada de las huestes cidianas que retornaron (tornan y huyen en un tornafuye como plagiado al oponente) hacia la ciudad, provocando que los almorávides persiguieran al enemigo en su retorno. 
Mapa de Balansiya (Valencia) con la muralla islámica y sus siete puertas.
Imagen modificada para este blog por V. Jiménez Cruz.
Fuente original: Guía del centro arqueológico de l'Almoina.Valencia. José Ferrandis y jdiezarnal.com

Simultáneamente a este repliegue, tropas del Cid salieron por la puerta meridional de Bab Baytala y, circundando el real almorávide en movimiento de flanqueo, alcanzaron la retaguardia enemiga sin ser vistos. Las tropas de Muhammad, confusas y creyendo que arribaban tropas de refuerzo alfonsíes, dispusieron su huida. 
 
Ejército almorávide retirándose desordenádamente al cundir el pánico por la llegada de supuestos refuerzos cristianos para ayudar a Valencia. El engaño urdido por Rodrigo Díaz surtió efecto.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

La Balansiya continuaba a los pies del Campeador y el ejército almorávide era sometido por primera vez en la península.

Puestos éstos en fuga[21], el Cid resolvió perseguir al comandante Muhammad. Contaba con ello Rodrigo con un escuadrón de sus mejores hombres, con Martín Muñoz a la cabeza. El ejército recién doblegado dispuso su marcha hacia territorios domeñados por los musulmanes. Una ruta natural de huida era tomar la dirección sureste. Jorquera sería su destino final.



[21]En lo relativo a esta fuga se siguen, fundamentalmente, los hechos narrados en la Primera Crónica General de España (cap.925). En este capítulo se relata la huida del llamado “rey lunes” desde Valencia hasta Xurquera (en la actualidad Jorquera). Realizamos una posible recreación de la escapada, proponiendo un itinerario geográfico factible y la añadidura fantástica de los asuntos de Martín Muñoz.

 
 
Escuadrón mandado por el Cid para perseguir a Muhammad.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

La fuga de Muhammad se dirige entonces hacia Buñol. Sobrepasa el puerto de las Cabrerizas y su entorno encabritado, puesto que debe evitar el paso por Requena. Su éxodo prosigue por Alborache y Macastre, donde no encuentra auxilio suficiente por lo inhóspito y deshabitado de la zona por aquella época. Atraviesa la sierra de Martés y el Chirrichana hasta los extensos dominios de Ves. Los del Cid vienen a la zaga. Martín Muñoz se adentra en terrenos conocidos y deseados en pos del almorávide. 


Figuración de Ves y su castillo bajo dominio musulmán.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

Buscan abroquelarse Muhammad y los suyos en el cercano castillo de Ves, junto al Júcar. En aquella fortificación creen estar seguros, pero la pericia y el profundo saber de Martín Muñoz pone en serios aprietos al musulmán. Las mínimas gentes que pueblan las tierras de Ves contemplan el hostigamiento de los cristianos al castillo. Ghazela observa sorprendida la nueva presencia de Martín Muñoz, quien, valeroso, está a punto de capturar a Muhammad. Martín Muñoz exhibe toda su fortaleza y sabiduría sabiéndose observado por su amante.
Gazhela observa, preocupada, el desarrollo de la escaramuza.
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.
 
El comandante almorávide logra escapar de Ves por el escabroso paso del río Júcar, buscando amparo y cobijo en una plaza más segura como Jorquera. 

Muhammad ibn Tasufin huye por la velada senda que remonta el río Júcar para dirigirse a la seguridad que le brindará la fortaleza de Xurquera (actualmente Jorquera). 
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.

En la enfurecida persecución que llevan a la vanguardia el Cid y Martín Muñoz, este último ha extraviado la Colada en las escaramuzas sucedidas por el enmarañado paso del río por Ves, mientras que Rodrigo Díaz ha logrado lacerar por tres veces la anatomía del caudillo árabe sin conseguir, sin embargo, su apresamiento. 



La mítica espada "Colada" cae de las manos de su dueño, Martín Muñoz. 
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.
Ghazela, empero, ha columbrado la escena en lontananza e intuye la pérdida del acero que buscará con ahínco más tarde entre las aguas metálicas del Júcar. En la escapada hacia el renombrado castillo de Jorquera, el ejército del Cid, liderado por Martín, pisa los talones de nuevo a Muhammad en Alcalá del Júcar. Antes de librarse un nuevo enfrentamiento, el fugitivo almorávide y su hombres logran presentarse en tierras de Jorquera, buscando un cobijo propicio. Y así fue: tras salvar el cauce fluvial del Júcar al paso por la población, lograrían resguardo en el descollante castillo jorquerano. 

Muhammad ibn Tasufin llega a salvo al castillo de Xurquera ( Jorquera)
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.
Las milicias del Cid desistieron ya del acoso. Los caballos rehusaron recordando a sus ancestros macedonios frente al Ganges. Tornarían entonces hacia tierras valencianas, esquilmando en su retorno los campamentos abandonados precipitadamente por los prófugos.
Poco tiempo después de este suceso persecutorio, Martín Muñoz es informado de que ha sido depuesto del Condado de Coimbra. Regresará a Portugal para reunirse con su familia y, desde allí, se trasladrá a la Valencia del Cid hasta la muerte de éste en julio de 1099. Poco después entraría al servicio del rey de Aragón. Jamás volvió a ver a Ghazela. La mítica espada Colada aún reposa en algún lugar de la actual Villa de Ves. Como una Atlántida acerada y filosa.


Ghazela, guardiana del secreto escondite de la espada "Colada"
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.




"Colada" reposa en algún lugar de la actual Villa de Ves. 
Ilustrado por V. Jiménez Cruz para este blog.




Texto original escrito por Carlos Rubio Garro.
Ilustraciones: Vicente Jiménez Cruz. 
Idea original, amor por Villa de Ves y paciencia infinita: Vicente Jiménez García.

1 comentario:

  1. Muy buena la publicación histórica de loscescarceos de las mesada del Cid y su incontestable Martín Muñoz, con su espada colada de Berrnguer.

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